Las películas que más llegan a lo profundo de la persona del espectador no son aquellas con imágenes trágicas, desgarradoras, dramáticas hasta el extremo. Éstas golpean fuertemente pero dejan menos poso que aquellas que por su sencillez, su sinceridad exenta de cualquier atisbo de manipulación (manipulación, no visión personal inevitable al elegir unas imágenes o una forma de rodar) se mantienen en un rincón de la mente durante días, apareciendo de vez en cuando no como recuerdo fílmico sino como punzadas sobrecogedoras en nuestra mente y en nuestra sensibilidad. Así me sucede con dos películas que podrían servir de ejemplo para lo que quiero decir: Noche y niebla, de Resnais y Alemania, año cero de Rossellini.
A Resnais le basta con media hora de imágenes actuales, en color, de los campos de concentración nazis totalmente solitarios acompañadas de un música sencilla, alejada de las orquestaciones explosivas o los solos de cuerdas dramáticos que suelen ilustrar las tragedias colectivas, sabiamente alternadas con imágenes o fotografías de la época para encogernos asombrados, aunque ya lo supiéramos, aterrados, aunque conociéramos su horror y mantenernos así, a ratos, cuando menos lo esperamos durante días o semanas. Nada que ver con buenas películas de ficción (tal vez sería más exacto decir películas con argumento), como El pianista, en cuanto a esa capacidad de impresión duradera, ni siquiera con documentales escalofriantes y de visión necesaria, como Shoa, ni tampoco con películas que mezclan de alguna forma documental y ficción como Alemania, año cero.
La visión de Noche y niebla hace innecesario ningún juicio de lo que va pasando ante tu mirada porque eso, lo que ves, es lo que hay, sin más aditivos, llega a tu yo más profundo, no a tu intelecto. En Alemania, año cero se puede, por ejemplo, dudar de la verosimilitud del final de la película, sentirnos molestos por la caricaturización de algún personaje (el maestro, por ejemplo, como también podría suceder con los alemanes representados en Roma, ciudad abierta), u opinar acerca de si la familia del protagonista es demasiado tópica o el film ha envejecido, lo que distrae al fin y al cabo de la dureza del tema tratado, algo imposible en la película de Resnais.
De las películas relacionadas directamente con la segunda guerra mundial y sus consecuencias (dejando aparte las de la época de Mussolini): Roma,ciudad abierta, Paisá, Alemania, año cero y Europa 51, Paisá es la que me parece más perfecta, entre otras cosas, y ciñéndome al tema de la influencia en el espectador, es la que más perdura por más real y menos tópica en sus personajes y es que lo que más me molesta en Roma, Alemania, incluso en Desiderio, es esa caracterización de los personajes “malos” con rasgos un tanto caricaturescos que rondan siempre supuestas desviaciones sexuales o “malas costumbres”.
No he podido, de momento incluir vídeos de ambas películas, pero aquí están los enlaces.
Noche y niebla
Alemania, año cero
5 comentarios:
¡Qué razón tienes ¡ Te impacta más una imagen de un padre borrando de una pizarra el último monigote de su hijo que ver realmente el momento de su muerte. El cine necesita de tiempo y de momento la vida no me lo da. Pero anoto lo que te gusta porque seguro que a mi también.
Un beso desde Logroño
Un buen ejemplo ese que has puesto, Rubén. En cuanto al tiempo, siempre hay que elegir, incluso cuando se está jubilada, y yo soy una cinéfila compulsiva.
Besos
Victoria
Linda sorpresa saber que te asomas a mi rincón.
Con gusto y curiosidad me asomo al tuyo desde México
Bienvenido, "un otro", (me falta tu nombre, se lo preguntaré a Antonio).
Saludos
Victoria
Hola Victoria perdona que te moleste en estos días de lluvia he publicado un poema sobre las reflexiones de una novia de un soldado español en Afganistán y me gustaría que me dejaras un comentario pues te considero una persona muy amplia de pensamiento y muy certera en estos temas políticos Y así hacemos más bulto y agitamos un poco las conciencias.
Un beso
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