Éste es el primer post que publico sobre los
personajes wagnerianos, lo hago desde mi percepción personal a partir de la
visión completa y de varias revisiones fragmentadas de las óperas de
Wagner
Hace ya unos cuantos meses que Wagner
me acogió cada sábado por la noche (los domingos no madrugo) y me
hizo disfrutar como pocas veces con sus óperas. Para completar el
goce, y más el conocimiento, de su obra di con un programa de Radio
Clásica: Viaje a Ítaca que estaba dedicando una serie a la obra
operística de Wagner y que me ayudó a fijar más la atención en
los personajes wagnerianos. El programa ya no se emite pero se pueden
encontrar los podcast en la página de Radio Clásica, lo recomiendo.
He escuchado, y visto, cronológicamente
todas sus óperas excepto las tres primeras: Las hadas, La
prohibición de amar y Rienzi, obras que parece que no tienen mucho
que ver, al menos las dos primeras, con el estilo propio del Wagner maduro.
Su siguiente obra es El holandés
errante;
como en todas, Wagner es el autor de la música y del libreto. Este personaje, empeñado él en doblar un cabo costara lo que costara, aunque fuese invocando a Satanás, es condenado a navegar sin fin y sólo podrá redimirse de su pecado de reto a la divinidad gracias al amor y la fidelidad de una mujer. Y aquí viene al caso hablar de un tema, el de la redención, presente en casi todas las óperas de Wagner, siendo generalmente la mujer la redentora y en ocasiones, la mártir.
como en todas, Wagner es el autor de la música y del libreto. Este personaje, empeñado él en doblar un cabo costara lo que costara, aunque fuese invocando a Satanás, es condenado a navegar sin fin y sólo podrá redimirse de su pecado de reto a la divinidad gracias al amor y la fidelidad de una mujer. Y aquí viene al caso hablar de un tema, el de la redención, presente en casi todas las óperas de Wagner, siendo generalmente la mujer la redentora y en ocasiones, la mártir.
Parece que la opinión de Wagner acerca
de la mujer no era muy acertada, resaltando un poco lo de siempre:
la dulzura, la honestidad, la sumisión, su papel tradicional: "La naturaleza de la mujer es el amor, pero este amor es receptivo y se entrega incondicionalmente". Sin embargo, dentro de ese papel de redentora, hay en los personajes femeninos de la obra de Wagner una rica diversidad. Los máximos exponentes de esta cualidad a veces liberadora, a veces salvadora son los roles de Senta en El holandés errante y Elisabeth en Tannhäuser,
Senta comparte con Elisabeth el amor
llevado hasta la muerte y la capacidad de decidir por encima de
presiones y del ambiente que las rodea (característica común a casi
todos los personajes femeninos de la obra de Wagner y a las mujeres
reales que compartieron parte de sus vidas con el compositor), pero
su relación con el amor es un tanto diferente. Senta siente un amor
patológico cargado de lástima y conmiseración hacia el holandés
al que en realidad no conoce, mientras el amor de Elisabeth se
consideraría más convencional, más dentro de los cánones
sociales, causantes estos precisamente del drama que vive Tannhauser
que ha intentado abandonar la sensualidad y la pasión que vive con
Venus y participar de un amor respetable integrándose en una
sociedad puritana, cosa que, a pesar de sus esfuerzos, no podrá
conseguir ni siquiera con la ayuda de Elisabeth a la que parece preocuparle más la salvación del alma de su amado, lo que logra con su sacrificio.
A El holandés errante, Tannhäuser y
Lohengrin se las ha calificado como una trilogía romántica, pero en
Tannhäuser el rechazo y las acusaciones que recibe el protagonista
por parte de una sociedad pacata, la respuesta del Papa negándole el
perdón porque su estancia en la llamada Montaña de Venus es el
pecado mayor que puede cometer el hombre, sus propias dudas ante los dos modelos de vida que se le ofrecen posibilitan un lectura
más compleja y más crítica de la parte literaria de la obra.
Pena que Tannhäuser muera redimido por
Elisabeth en lugar de disfrutar su vida en la montaña de Venus y
pena que Elisabeth no pueda unir en sí misma la pasión y la entereza que le permitan disfrutar a su vez de su relación con Tannhäuser.
La versión que yo tengo de El holandés
errante es la de Woldemar Nelsson en el festival de Bayreuth de 1985
con la puesta en escena, lo que menos me gustó, de Harry Kupfer.
En esta balada, uno de los momentos más
bellos de la obra, Senta (Lisbeth Balslev) sabe de la llegada
del barco, se lamenta por la suerte del holandés y decide que ella
será su salvación ante la sorpresa y el temor de las muchachas que
esperan la llegada de los marineros.
Me
gusta la voz de soprano dramática cercana a la de mezzo de Lisbeth
Balslev, porque me aproxima a una mujer que tiene fuerza y lucha por un
amor fuera de la realidad e incomprensible para todos los que la rodean.
Lisbeth Balslev como Senta y el Coro del Festival de Bayreuth
Lisbeth Balslev como Senta y el Coro del Festival de Bayreuth
¡Yohohohe! ¡Yohohohe!
¡Yohohohe! ¡Yohohe!
¿Encontrasteis el barco en el mar,
rojas las velas,
el mástil negro?
A bordo, el hombre pálido,
el señor del barco, vela sin paz.
¡Huy! ¡Como brama el viento!
¡Yohohe!
¡Huy!
¡Cómo silba entre las jarcias!
¡Yohohe! ¡Huy!
¡Como una flecha vuela sin destino,
sin descanso, sin paz!
¡Pero el hombre pálido
puede alcanzar aún la salvación,
si halla una mujer
que le sea fiel en la Tierra...
¡Ay! ¿Cuándo la hallarás,
pálido navegante?
¡Rogad al cielo para que pronto
le sea fiel una mujer!
(Senta se vuelve hacia el cuadro)
Contra vientos adversos
y la furia de la tempestad
quiso él un día un cabo doblar;
juró y maldijo con necia arrogancia:
"No cederé ante ti
por toda la eternidad."
¡Huy! ¡Y Satanás le oyó! ¡Yohohe!
¡Huy! ¡Y le tomó la palabra! ¡Yohohe!
¡Huy! ¡Y desde entonces vaga maldito
por el mar, sin descanso, sin paz!
¡Pero el desdichado
puede encontrar aún
la redención en la Tierra,
si un ángel de Dios le muestra
cómo puede hallar clemencia!
SENTA, MUCHACHAS
¡Ay! ¡Ojalá la encontraras,
pálido navegante!
¡Rogad al cielo para que pronto
le sea fiel una mujer!
SENTA
Cada siete años echa el ancla
y baja a tierra
para desposar a una mujer:
cada siete años lo intenta,
pero nunca ha dado
con una mujer fiel.
¡Huy! "¡Izad las velas!" ¡Yohohe!
¡Huy! "¡Levad el ancla!" ¡Yohohe!
¡Huy! "¡Falso amor, falsa fidelidad!
¡A la mar, sin reposo ni paz!"
MUCHACHAS
¡Ay! ¿Dónde está aquella
capaz de mostrarte
el ángel de Dios?
¿Dónde hallarás a aquella
que te sea fiel
hasta la muerte?
SENTA
¡Sea yo la que por mi fidelidad
te redima!
¡Quisiera mostrarte a ti
el ángel de Dios!
¡Por mí obtendrás la salvación!
MARY, MUCHACHAS
¡Que el cielo nos asista!
¡Senta, Senta!
La escenografía de Gotz Friedrich es una maravilla, sobre todo la primera parte llena de sensualidad, erotismo y además original, impactante y bella igual que la coreografía. No encuentro vídeos que tengan buena imagen, es una pena.
¡Una hermosura! A una se le ponen los pelos de punta escuchándoles.
VENUS
¿Qué estoy oyendo? ¡Lamentos!
¿Qué funestos acentos
enturbian tu canto?
¿Dónde han quedado los gozosos delirios que
suscitaban en ti un sobrecogedor entusiasmo?
Pero, ¿qué está ocurriendo?
¿Dónde se ha equivocado mi amor?
¿Qué es lo que me reprochas?
TANNHÄUSER
¡Agradezco tu favor! ¡Alabo tu amor!
¡Bendito sea por siempre,
el que ha morado junto a ti!
¡Eternamente sea envidiado aquél que
ha compartido el amor en tus brazos!
Las maravillas de tu reino
me han hipnotizado.
Aquí he respirado la magia
de una felicidad incomparable;
ningún país puede equiparase al tuyo:
lo demás parece carecer de valor.
Pero desde la dulzura de esta siempre
perfumada brisa me llega la añoranza
de la brisa de los bosques,
la pureza de nuestro cielo azul,
el frescor de nuestros verdes campos,
la ternura del trinar de los pájaros,
la alegría del tañido de las campanas.
¡Debo escapar de tu reino!
¡Oh, reina, diosa! ¡Déjame marchar!
VENUS
(Súbitamente, en pie)
¡Traidor! ¡Ah!
¿Que te deje marchar?
¿Es eso lo que acabo de oír?
¡Para mi amor tu canto es un ultraje!
Tu voz lo alaba y...
¿huyes, sin embargo?
¿De mi ternura estás cansado?
TANNHÄUSER
¡Bella diosa!
¡Calma tu cólera!
VENUS
¿De mi ternura
estás cansado?
TANNHÄUSER
¡De tus innumerables atractivos
es necesario que huya!
VENUS
¡Ay de ti!...
¡...Traidor, infiel...!
TANNHÄUSER
Más que nunca.... ¡yo te amo!
VENUS
¡Pero huyes de mí!
TANNHÄUSER
¡Ah! Yo te amo,...
VENUS
¡No, tu no puedes abandonarme!
TANNHÄUSER
¡... pero debo irme!
VENUS
No, jamás...
....no, no, ¡Ah!
TANNHÄUSER
Yo te amo, pero ¡debo dejarte!
(Venus vuelve la cara cubriéndose
el rostro con las manos; tras una
pausa, se dirige de nuevo hacia
él, sonriente y con expresión
seductora)
VENUS
¡Ven, amor mío!
¡Mira esta gruta, disfruta en ella
del suave aroma de las rosas!
¡Incluso un dios envidiaría
el dulce gozar de esta morada!
Todo dolor abandonará tus miembros
la brisa relajará tu frente;
el fuego recorrerá tus venas.
Suaves murmullos me incitan
a arrullarte entre mis brazos...
en mis labios
beberás el néctar divino,
en mis ojos brillará otra vez
la gratitud del amor...
¡Celebremos, pues, gozosos,
los ritos del amor!
¡Nuestra unión será
una explosión de felicidad!
La timidez no puede retraer tus pasos:
¡abandónate a la Diosa del Amor!
SIRENAS
(Desde lejos, sin ser vistas)
¡Venid a esta playa!
VENUS
¡Mi caballero! ¡Mi amado!
SIRENAS
¡Acercaos a esta tierra!
VENUS
¿Huirás de mi?
TANNHÄUSER
(comienza a tañer el arpa,
completamente extasiado)
¡Sólo a ti dedicaré mi canción!
¡Sólo entonaré alabanzas a ti!
Tu encanto es fuente de toda belleza,
de ti emana toda maravilla...
¡El fuego que encendiste
en mi corazón
arderá eternamente!
¡Sí! ¡Contra todos, yo seré siempre
tu valiente y constante defensor!
Pero, debo irme; volver al mundo.
Junto a ti simplemente, soy un esclavo.
Mi corazón anhela ser libre;
¡Libertad!
¡Quiero ser libre!
¡Estaré dispuesto a luchar
aunque ello suponga la muerte!
Debo escapar de tu reino,
¡Oh, reina, diosa!
¡Déjame marchar!
VENUS
(Sumamente enojada)
¡Vete, pues, loco! ¡Márchate!
¡No voy a impedírtelo, traidor!
¡Estás libre! ¡Vete!
¡Lo que añoras será tu perdición!
¡Vuela hacia el mundo frío
de los hombres,
de cuyas tristes y pobres fantasías
nosotros, los dioses alegres, hemos escapado
para refugiarnos en las profundidades
del corazón de la Tierra!
¡Ve pues, pobre idiota!
¡Busca allí la felicidad
que jamás encontrarás!
¡muy pronto se agotará
la arrogancia de tu corazón,
y te veré regresar humillado,
desamparado y contrito,
implorando la magia de mi poder.
Gwyneth Jones
como Venus con Spas Wenkoff como Tannhauser
Gwyneth
Jones como Elisabeth
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