Hace un par de días recuperé a un amigo al que ya consideraba perdido. Un amigo al que, en momentos difíciles, le bastaba una llamada de teléfono para acudir simplemente a cogerme la mano en silencio. Pero no sólo me unía a él esa prontitud para estar a lado del que necesita el calorcito humano de la amistad, también era su conversación, la posibilidad de compartir temas de muy diversa índole, la oportunidad de aprender de su conocimiento, de su experiencia; cómo disfrutaba de aquellas charlas sobre literatura, arte, política, viajes, paseos… sobre todo cine y música (gracias a mi amigo descubrí a Shostakovitch) y, como decía él en una de sus cartas: “hablar de dudas, de inquietudes, de sentimientos encontrados o sin encontrar, de porqués, de por qué no, de realidades aparentes, de realidades posibles, de realidades no posibles, de certezas, de imposibles, de sueños, de vigilias... De uno mismo y del que está enfrente”.
Estoy feliz de volver a encontrarme con un amigo cariñoso, acogedor, tierno y cercano.
5 comentarios:
Me gustó mucho esta entrada. Esta escrita con una sencillez y una sensibilidad especial. Sigue así.
FELIZ NAVIDAD, QUE TODO LO QUE TE DEPARE EL PROXIMO AÑO SEA FELICIDAD
UN BESO.
ANA DEL BADULAKE
Os hemos echado de menos. Feliz Navidad y mucha felicidad para el próximo año.
Besos
hoy me he encontrado con tu blog que ya había olvidado y he decicidido mandarte un saludito.Animo escribe mas que estas muy vaga
Pues sí, Ana, no estoy nada escritora pero todo llegará. Nos vemos el 10. Un beso
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