ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa,
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza
Jaime Sabines
2 comentarios:
No sé si sabré morir. Si un poco antes le estaré dando vueltas a esos versos o podando mis enredaderas, aceptándolo como algo natural .Despidiéndome de todos desde cualquier lecho con ese beso que te soplas de la mano.
Eh? Que tiene que sudar mucho la muerte para llevarnos
Yo tampoco sé si sabré morir, pero me gustaría que fuera como este buen amigo al que recuerdo en mis tres últimos posts, tranquilo y despidiéndose de sus personas más cercanas.
Besos
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