Participo desde casa y a veces junto a ellos de sus reivindicaciones, su juventud, su fuerza, su serio optimismo. Les sigo casi de continuo, sobre todo en los momentos más decisivos. Este de anoche, cinco de agosto, poco antes de las doce de la noche, en la Puerta del Sol es uno de los más emocionantes.
Estábamos dormidos y nos han despertado. Decepcionados, desilusionados desde hace muchos años, desde que la esperanza que pusimos en la transición se nos cayó derrotada por acuerdos, pactos que, no sé, tal vez fueron en parte necesarios. Adaptados, quizá engañados, por “lo bien que vivíamos” y por algunos avances sociales -faltaría más, han pasado muchos años- (y pienso en mejoras en temas como lo referente al matrimonio entre homosexuales, sobre la violencia de género –vaya palabreja-, algunas en relación a los inmigrantes…) que han ocupado primeras planas de la información y entusiasmados por la retirada de las tropas de Irak, nos manteníamos en una planicie algo desértica pero con nuestros pequeños oasis en los que acabamos encerrándonos, adaptados, quizá engañados, repito, escépticos y con la desilusión agazapada en un rinconcito de nuestras personas. Éramos una generación demasiado seria, decíamos, echando la culpa al pasado. Estábamos dormidos y nos despertaron el 15 de mayo, nos habíamos adaptado y volvimos a salir a la calle a gritar y dar botes, éramos serios y sonreímos y nos emocionamos como ayer noche y, sobre todo, hemos vuelto a indignarnos.
Emocionante la entrada del los manifestantes del 15M en la Puerta del Sol. Rostros de todo tipo: jóvenes, bebés, ancianos, gente de cualquier edad, rastras, calvos, tatuados, coquetones y coquetonas, barbudos. Más de mil. Abrazo colectivo, la gente ríe, muestra el símbolo de la victoria, llora… Antes, frente al Ministerio del Interior uno de los heridos por la carga policial del día anterior se dirigió a uno de los policías para hablar con él, le ofreció un clavel, “No voy a coger la flor” se le oyó responder, después aceptó estrecharle la mano. Tienen mucha fuerza, tenemos. Fiesta, alegría y, sobre todo dignidad. La dignidad de la que adolecen los periódicos de hoy.
“Todo parece indicar que los responsables del orden público pretenden explotar durante agosto los errores cometidos por el 15-M. Su decisión de convertir las protestas en permanentes se ha saldado con una pérdida progresiva de su capacidad de movilización, muy limitada ahora frente a la que demostraron en los días de las elecciones municipales. Los indignados también se han equivocado al considerar que la no intervención policial durante la jornada de reflexión previa al 22 de mayo les había concedido el privilegio de ejercer sus derechos de reunión y manifestación al margen de las leyes, dando por descontada la condescendencia y hasta la resignación de los ciudadanos afectados.” Así, ¿disimuladamente?, El País toma posiciones muy claras. “Los responsables del orden público han contribuido a perturbar la vida ciudadana más de lo que podían haberlo hecho los indignados, al no encontrar otra manera de desalojar a tres centenares escasos de personas más que cerrando a cal y canto zonas completas de la capital, incluyendo el tráfico y el transporte suburbano.” Vamos a hacer la pelota a los ciudadanos y de paso echamos más leña al fuego. “Lo que puede hacer que la pierdan (se refiere al apoyo de una opinión mayoritaria) es que aparezcan envueltos en un conflicto constante de orden público”. ¿Eso es lo que se busca por parte de los gobiernos centrales y de Madrid?
“Los partidos han reaccionado con cautela.” ¿Alabanza o reconocimiento de sus intereses?
“Los partidos han reaccionado con cautela.” ¿Alabanza o reconocimiento de sus intereses?
ABC. Aparte de lindezas como éstas: “Pronto y mal ha decaído el 15-M si ésos que juegan al ratón y el gato por Madrid con una Policía maniatada por sus mandos son los indignados de guardia que no se han ido de vacaciones....”
“Todos sabemos cómo acaban las democracias cuando se tiene la obsesión de adjetivarlas demasiado: democracia orgánica, democracias populares, democracia real…”, está la guinda del pastel: http://www.abc.es/20110806/madrid/abcp-atracadores-infiltrados-20110806.html
Lo mínimo una de cal y otra de arena, Público. Podría seguir con La Razón, Telemadrid, Intereconomía pero eso sería puro masoquismo. Además es muy aburrido.
El caso es que empecé el post porque quería revivir la emoción de la noche de ayer y el pobre casi se ha convertido en un panfleto. No importa, lo dejo así, para tenerlo a mano.
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