17 de agosto de 2014

La mujer en las óperas de Wagner (y VI); Kundry (Parsifal)

Parsifal es una ópera muy compleja que da lugar a interpretaciones diferentes según la aproximación a la obra esté más o menos cercana a la religiosidad, al misticismo, al orientalismo o a lo más puramente humano, es decir, según el oyente y sus circunstancias. Fuera de lo que Wagner quisiera decir, pienso que lo importante es lo que cada uno sintamos e interpretemos, o simplemente sintamos, que gozar de la emoción es lo más deseable ante una obra de arte.

Siguiendo con "mis mujeres" me limito al personaje; en este caso Kundry, única mujer, triple eso sí, tal bruja- seductora-santa, de Parsifal.

Kundry tiene algo de todas las protagonistas femeninas de las óperas wagnerianas. Al igual que Isolda se tiene que morir, sin más, cuando muere Tristán, Kundry muere sola, cuando ha cumplido, Todas han intentado conseguir el amor, la redención y la salvación del otro. Senta, Elisabeth y Elsa no han sido capaces pero mueren también cuando ya no tienen oportunidad de conseguirlo, a Senta no la cree el Holandés, Tannhauser ya ha sido condenado por el Papa y Lohengrin regresa al castillo del Santo Grial. La existencia de cualquiera de ellas no tiene ya sentido por sí misma. Kundry, además, tiene que expiar su pasado de la misma manera que Elsa tiene que sufrir la consecuencia de sus equivocaciones.

Por otro lado, Kundry tiene la fuerza, la valentía y la voluntad de Brunilde. Ambas tienen una relación ambigua, madre-amante con sus oponentes masculinos, Sigfrido y Parsifal. Su sacrificio final tiene un carácter más amplio, no es ya redimir o salvar aun hombre, es salvar al mundo de la lucha por el poder o redimirlo ante Dios.

Preludio. Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Sir George Solti


Kundry es quizá el personaje femenino más complejo, interesante y fascinante de las óperas de Wagner. Ha sido tratado de diversas maneras según la concepción de cada director de escena, en ocasiones siendo un personaje culpable que intenta redimirse o incluso en otras presentándola como mala malísima haciendo daño al resto de personajes incluido Klingsor. La visión de Kundry que yo doy aquí, a partir del montaje que yo he visto, es diferente.

Para mí, en Parsifal, la última ópera compuesta por Wagner, hay dos personajes femeninos, de características opuestas, reunidos en uno sólo: Kundry. Durante el primer acto Kundry es una mujer cercana a la magia, a una religión basada más en el culto a la naturaleza, atormentada, áspera, incluso agresiva, permanece a la defensiva, se esconde, se lamenta, gruñe, ríe como, según la leyenda, se rió de Cristo cuando se encontró con él. En el Parsifal de Wolfram von Eschenbach, sobre el que se basa el libreto de la ópera, Kundry es una pagana.

Aquí Kundry está interpretada por Linda Watson. Gurnemanz es Hans Soti. La orquesta del Festival de Bayreuth está dirigida por Giuseppe Sinopoli. La versión fue de Wolfgang Wagner, una versión en la que el color, distinto para cada ambiente, la iluminación y un decorado geométrico  dan lugar a una puesta en escena llamativa y curiosa.



ESCUDERO PRIMERO
¿Acaso viene volando?

ESCUDERO SEGUNDO
Al fin pisa la tierra.

ESCUDERO PRIMERO 
Sus crines fustigan la hierba.

ESCUDERO SEGUNDO
La salvaje se ha apeado de un salto.

(Entra Kundry)

KUNDRY
¡Toma! ¡El bálsamo! ¡Cógelo!

GURNEMANZ
¿De dónde lo has cogido?

KUNDRY
Más lejos de lo que puedas imaginar.
Si este bálsamo falla 
puedes jurar que Arabia 
no tiene nada para remediarle. 
No preguntes. 

¡Estoy rendida!

(Aparece un cortejo que acompaña 
la litera donde yace Amfortas)

GURNEMANZ
Ya viene, conducido por los nuestros. 
¡Ay! Qué opresión siento en el alma 
al verle, en la flor de su edad viril,
señor de tan gran linaje,
siempre esclavo de su mal cruel. 
¡Con cuidado! ¡Ved que el rey sufre!

AMFORTAS
¡Basta! Descansemos un poco. 
Después de una noche espantosa 
nace la aurora en el bosque. 
Las ondas del lago sagrado 
me traerán consuelo
y calmarán el dolor 
que la negra noche ilumina. 
¡Gawan!

CABALLERO SEGUNDO
¡Señor! Gawan se ha marchado 
al ver que las hierbas, 
tan duramente logradas, 
carecían de virtud para ti, 
ha reemprendido su camino 
en busca de otro remedio.

AMFORTAS
¿Sin autorización? 
¡Infringiendo las leyes del Grial!
¡Ay de él si, por su audacia, 
cae en las redes de Klingsor! 
¡Que nadie turbe mi paz!
Espero al que me está predestinado. 
"Piedad engendra sabiduría"... 
¿No era así?

GURNEMANZ
Así nos lo dijiste.

AMFORTAS
" ... en el necio casto". 
Creo reconocerlo...
para mí será la muerte.

GURNEMANZ
(ofreciéndole el frasco que antes 
ha recibido de Kundry.)
Mas antes, prueba aún este bálsamo.

AMFORTAS
¿De dónde procede este jugo?

GURNEMANZ
Lo han traído de la Arabia para ti.

AMFORTAS
¿Y quién lo obtuvo?

GURNEMANZ
Allí está, la mujer salvaje. 
¡Eh! ¡Kundry! ¡Acércate! 

AMFORTAS
¿Tú, Kundry? 
¿Debo darte de nuevo las gracias, 
sirvienta infatigable? 
¡Pues bien! 
Probaré todavía este bálsamo 
para agradecer tu constancia.

KUNDRY
No me des las gracias. 
¡Ja, ja! ¿Crees que te servirá de algo?
¡Vete hacia el baño!

ESCUDERO TERCERO
¡Eh! ¡Tú!
¿Por qué yaces aquí como un animal?

KUNDRY
¿No es aquí sagrado, un animal?

ESCUDERO TERCERO
Sí. Pero no estoy seguro 
que tú lo seas.

ESCUDERO CUARTO
Temo que con sus mágicos filtros,
nuestro señor haya perdido la salud
para siempre.

GURNEMANZ
¿Os ha hecho ella daño alguna vez? 
Cuando nada sabemos 
de los hermanos que luchan lejos
¿quién sino ella, 
corre de un lado a otro 
y rauda regresa mensajera afortunada?
¿Acaso la mantenéis? 
¿Se mezcla con vosotros? 
Nada de común tenéis con ella. 
Pero cuando llega el peligro 
y necesitamos ayuda 
surca los aires con celo
sin ni siquiera pedir agradecimiento. 
Creo que si eso es un delito 
sacáis de él mucho provecho.

ESCUDERO TERCERO
Pero ella nos detesta...
¿No ves cómo nos dirige 
una mirada de desprecio?

ESCUDERO CUARTO
¡Es pagana y bruja, además!

GURNEMANZ
Sí, está maldita, ciertamente. 
Vive ahora aquí... 
y quizás de esta forma 
expía errores de otra vida 
reencarnada y aún no castigada. 
Hace penitencia con estas obras 
beneficiosas para nuestros caballeros. 
De esta forma, con su recto proceder, 
sabe hallar nuestro bien y el suyo.
ESCUDERO TERCERO
¿Pero no son también sus culpas 
las que tantos males nos acarrean?

GURNEMANZ
Sí, cuando estaba lejos de nosotros 
nos acaeció más de una desgracia. 
Hace tiempo que la conozco, 
pero Titurel la conoció mucho antes.

Cuando consagraba nuestro castillo 
la encontró, dormida, como muerta.
De esta forma la encontré yo también 
cuando sobrevino la calamidad 
que aquel malvado, 
de más allá de las montañas,
lanzó arteramente contra nosotros. 

(A Kundry)

¡Eh, tú! Atiende y dinos: 
¿por dónde te guiaba tu impulso 
cuando nuestro rey perdió su lanza?

(Kundry mantiene silencio.)

¿Por qué no nos prestaste ayuda?

KUNDRY
Yo... nunca ayudo.

ESCUDERO CUARTO
Ella misma lo dice.

ESCUDERO TERCERO
Si es tan fiel y entusiasta, 
¡mándala a recuperar la perdida lanza!

GURNEMANZ 
Eso es distinto, 
nos está prohibido a todos. 

¡Oh maravillosa, querida,
sagrada lanza! 
¡Que yo haya podido verte 
en manos impías! 

Armado con ella, Amfortas, 
demasiado intrépido...
¿quién pudo protegerle 
contra el autor de los maleficios?
Cerca del castillo 
lo vimos perderse.
Lo cautivó una mujer,
terrible y de gran belleza,
embriagándole con sus abrazos.
La lanza resbaló de entre sus manos... 
¡Un grito mortal! Acudí como el rayo 
en tanto que Klingsor escapaba riendo 
con la sagrada lanza en sus manos.
Cubrí la retirada al rey que escapaba,
mas una herida sangraba en su costado,
herida grave, que nada pudo cerrar.

ESCUDERO TERCERO 
(A Gurnemanz.)
Así pues, ¿viste a Klingsor?

GURNEMANZ
(A los escuderos que 
este momento regresan)
¿Qué tal se encuentra el rey?

ESCUDERO PRIMERO
El baño le calma.

ESCUDERO SEGUNDO
El bálsamo disminuye su fiebre.

GURNEMANZ
(En un aparte.)
Herida grave que nada puede cerrar.

ESCUDERO TERCERO
Cuéntanos, padre, todo lo que sepas. 
¿Viste a Klingsor? ¿Cómo pudo ser?

GURNEMANZ
Titurel, el piadoso héroe, 
lo conoció bien.
Cuando el vil pagano, astuto y fuerte,
ultrajaba el reino de los creyentes,
en la noche vio descender los ángeles 
que del cielo traían, como un mensaje,
sagradas reliquias, 
emblemas de la Pasión.
El Cáliz Sagrado de la Última Cena,
que en la Cruz recogió 
la Sangre Divina
así como la lanza que la vertió.
Tales recuerdos sagrados, en custodia,
a nuestro rey le fueron dados.
Edificó un templo para las reliquias.
Los que acudisteis a su servicio
por sendas que el pecador desconoce
bien sabéis que sólo los puros
podrán juntarse un día
a los hermanos que, 
para traer la salvación a los hombres,
fortalece el Grial con su virtud.
Klingsor, por sus actos,
se ha visto privado de todo ello
a pesar de sus obstinados esfuerzos...
Vivía solitario en el valle
cerca de la tierra de los paganos.
No sé cuales fueron sus pecados,
pero quiso purgarlos 
y vivir santamente como ermitaño...
Sin voluntad para dominarse, 
pecó por su propia mano
y hacia el Grial se dirigió,
pero el santo guardián lo rechazó.
Entonces la ira enseñó a Klingsor
que con el acto vil de mutilarse
podía aprender malignos hechizos...
Convirtió su desierto en jardín mágico
donde moran hermosas mujeres
esperando a los caballeros del Grial
para darles placeres condenables
y causarles luego, infernales horrores.
El seducido se convierte en esclavo.
Muchos de los nuestros han caído así.
Cuando Titurel, cansado por los años,
eligió a su hijo Amfortas por sucesor,
quiso, a cualquier precio,
poner término al maligno hechizo.
Ya sabéis lo que ocurrió luego:
la lanza cayó en manos de Klingsor.
Con ella puede herir a los santos 
y quizás, algún día ,
apoderarse del Grial.
ESCUDERO CUARTO
¡Es necesario que la lanza 
vuelva a nosotros!

ESCUDERO TERCERO
¡Ah! ¡Quien lo lograra 
tendría gloria y fortuna!

GURNEMANZ
Ante el templo expoliado 
se postra Amfortas con fervor, 
suplicando un signo de gracia. 
Entonces emana del Grial 
una luz divina 
y una sagrada aparición 
le habla de esta manera:
"El necio casto, 
iluminado por la compasión,
sabrá esperar 
a mi elegido".

LOS CUATRO ESCUDEROS 
"El necio casto, 
iluminado por la compasión..."

(De las proximidades del lago llegan
llamadas y gritos)

ESCUDEROS
¡Ay! ¡Ay!

CABALLEROS
¡Eh! ¡Eh!

ESCUDEROS
¡Aquí!

CABALLEROS
¿Quién es el malhechor?

GURNEMANZ 
¿Qué ocurre?

ESCUDERO CUARTO 
¡Allí!

ESCUDERO TERCERO 
¡Aquí!

ESCUDERO SEGUNDO 
¡Un cisne!

ESCUDERO CUARTO 
¡Un cisne salvaje!

ESCUDERO TERCERO 
¡Está herido!

CABALLEROS, ESCUDEROS 
¡Ay pobre! ¡Ay pobre!

GURNEMANZ
¿Quién le habrá herido?

CABALLERO PRIMERO
El rey recibió como buen presagio 
el vuelo del cisne por encima del lago,
cuando de pronto una saeta... 

(Llegan otros caballeros y escuderos
conduciendo a Parsifal.)

CABALLEROS 
¡Él fue! ¡Él fue!

ESCUDEROS
¡Lo mató él!
¡Aquí está el arma.!

CABALLERO SEGUNDO
¡Y he aquí el dardo igual a los suyos!

GURNEMANZ
¿Eres tú quien mató al cisne?

PARSIFAL,
¡Cierto! Lo cacé cuando volaba.

GURNEMANZ
¿Tú hiciste esto? 
¿Y no te arrepientes?

CABALLEROS, ESCUDEROS
¡Castiga al impío!

GURNEMANZ
¡Inaudito crimen!
¿Cómo pudiste matar 
en este sagrado recinto,
donde todo es paz a tu alrededor?
¿Acaso no son mansas las bestias
y no acudían a ti dócilmente?
¿Qué te hizo el cisne fiel?
Volaba en busca de su compañera
para surcar con ella sobre el lago
y consagrar así sus nobles aguas.
¿No te contuvo esto? 
¿Sólo buscaste, cruel muchacho,
el placer de disparar tu arco?
El que fue nuestro cisne querido, 
¿Qué es ahora? ¿No te das cuenta? 
Lo has matado, su sangre se coagula 
y cuelgan sus alas...
Su blanco plumaje has manchado.
Se enturbian sus ojos; 
contempla su mirada.

¿Te das cuenta de tu error?

¿Confiesas, muchacho, 
la gravedad de tu culpa? 
¿Cómo pudiste cometerlo?
PARSIFAL
No sabía nada.

GURNEMANZ
¿De dónde procedes?

PARSIFAL
Lo ignoro.

GURNEMANZ
¿Quién es tu padre?

PARSIFAL
No lo sé.

GURNEMANZ
¿Quién te enseñó el camino?

PARSIFAL
Lo ignoro.

GURNEMANZ
¿Cómo te llamas?

PARSIFAL
Tenía muchos nombres, 
pero ahora no recuerdo ninguno.

GURNEMANZ
¿No sabes nada de nada?

¡No he conocido a nadie 
tan bobo como él, salvo Kundry!

(A los escuderos)

¡Marcharos!
¡Que el rey no quede solo en el baño!
¡Rápido!

(Gurnemanz y Parsifal quedan solos.
Kundry sigue tumbada a un lado.
Gurnemanz se dirige a Parsifal.)

¡Veamos!
Si nada sabes de lo que pregunto,
cuéntame lo que sepas, 
puesto que alguna cosa deberás saber.

PARSIFAL
Yo tengo madre. Se llama Herzeleida.
En bosques y praderas 
teníamos nuestro hogar.

GURNEMANZ
¿Quién te dio el arco?

PARSIFAL
Yo mismo lo hice 
para alcanzar 
a las águilas salvajes.

GURNEMANZ
Pareces noble 
y de alto linaje; 
¿por qué tu madre no puso 
en tus manos mejores armas?

(Parsifal calla.)

KUNDRY
Huérfano lo parió su madre. 
Gamuret su padre, murió en la guerra. 
Para librar a su hijo de tal peligro 
lo trasladó al desierto 
y lo educó sin armas, 
como a un necio... ¡la loca! 

PARSIFAL
¡Sí! Un día pasaron cerca del bosque, 
cabalgando en hermosos animales,
unos hombres resplandecientes. 
Quise parecerme a ellos pero,
se burlaron y siguieron su camino. 
Quise alcanzarles, 
pero no pude lograrlo. 
Pasé por valles, montañas y yermos 
durante días y noches. 
El arco supo defenderme 
contra fieras y contra gigantes...

KUNDRY
¡Sí! Derribó a gigantes y malvados,
el bravo joven se hizo temer de todos.

PARSIFAL
¿Quién me teme? ¡Di!

KUNDRY
¡Los malvados!

PARSIFAL
Los que me atacaron, ¿eran malvados?

¿Y a quién llamáis bueno?

GURNEMANZ
Lo es tu madre, de la que huiste 
y que tanto llora por ti.
KUNDRY
Acabó su llanto, 
puesto que ha muerto.

PARSIFAL
¿Muerta? ¿Mi madre? ¿Quién lo dice?

KUNDRY
Yo la vi morir, cabalgando por allí. 
Para ti, necio, me dio sus recuerdos. 

(Parsifal se lanza, furioso, contra
Kundry y la agarra por la garganta.
Gurnemanz le retiene.)

GURNEMANZ
¡Insensato joven! ¡Siempre brutal!

¿Qué te ha hecho esta mujer? 
Ha dicho la verdad. 
Kundry nunca miente y dice lo que vio.

PARSIFAL
¡Me ahogo!

(Kundry, viendo desfallecer a
Parsifal, corre hacia una fuente del
bosque. Regresa con un cuerno lleno
de agua, con la que le salpica el
rostro y se la ofrece para beber.)

GURNEMANZ
¡Bien está! Así la gracia del Grial 
aparta el mal, contestando con el bien.

KUNDRY
Nunca hago el bien. 
Quiero descansar, sólo descansar.
¡Estoy agotada!

¡Dormir! ¡Que nadie me despierte!

¡No! ¡Dormir, no! ¡Qué angustia!

¡En vano resisto!
¡Ha llegado el momento!

Dormir... dormir... Lo necesito.


Imagen del segundo acto de esta versión




En el segundo acto Kundry intenta, siguiendo las órdenes de Klingsor, seducir a Parsifal como antes lo había hecho con Amfortas. Kundry no ama al hombre, ni antes a Amfortas ni ahora a Parsifal. No hay amor, pero de su beso, o quizá con lo que le canta antes sobre su madre, surge el conocimiento en Parsifal. Éste, al rechazar a Kundry, una irresistible seductora representante como la Venus de Tannhauser del amor profano, (las teorías posibles del por qué de este rechazo darían para bastantes líneas), comprende y se hace sabio (hasta ese momento Parsifal me recuerda al tontorrón de Sigfrido,con el que creo que tiene unas cuantas coincidencias), entiende el pecado de Amfortas y se vuelve redentor al igual que la en un principio provocativa Kundry le redime a él.

Waltraud Meier y Poul Elming dirigidos por Daniel Barenboim



Incluso se podría decir que hay tres Kundrys ya que en el último acto la Kundry del primero cambia totalmente en su manera de actuar frente a Parsifal y Gurnemanz. Ha abandonado esa religión más cercana a la naturaleza, ahora es cristiana, y, adoptando el papel de la Magdalena, es la portadora del bálsamo y le lava los pies a Parsifal renunciando así al rol de embaucadora del segundo acto. En este tercer acto deberá convertirse en una mujer abnegada, pura, creyente, se habrá despojado de su orgullo y de su individualidad al vivir el amor, no hacia Parsifal, sino a la bondad, a la divinidad.

Eva Randova, Siegfried Jerusalem y Hans Sotin dirigidos por Horst Stein




Kundry estaría en las antípodas de las reflexiones de Wagner hasta este tercer acto a no ser que la viéramos cono un solo personaje culpable que desea redimirse, pero aún así en este acto final podría representar la idea sobre la mujer que Wagner defiende en su obra Ópera y drama. Ya ha adquirido la pureza de la que carecía y puede entrar en la basílica donde finalmente muere sola, lejos ya de Parsifal que ha alcanzado un carácter divino.

Wagner escribe en su ensayo: “La naturaleza de la mujer es el amor entregado sin reservas. La mujer alcanza la individualidad sólo en el momento de la entrega. La mujer verdadera ama incondicionalmente, no tiene elección como ser individual. Sin el amor y el objeto amado ella no tiene ni fuerza ni voluntad, Su orgullo es absorbido conscientemente en lo único que ella es capaz de experimentar, en el amor. Una mujer que no ama en absoluto, es el fenómeno más indigno y más repugnante del mundo. La que ama verdaderamente pone el orgullo en su sacrificio. Su ser entero se entrega.”

Como final tres escenas para disfrutar de los coros. 


El solemne y sublime coro del final del primer acto. James Levine dirige la orquesta.




El coro de las doncellas-flores del segundo acto. Curiosa puesta en escena de la película dirigida por Hans-Jürgen Syberberg.




Y el coro del final de la obra, misticismo y recogimiento, me subyuga por completo y me pone los pelos de punta. Siegfried Jerusalem como Parsifal y la orquesta dirigida por James Levine.