30 de mayo de 2016

Hanoi. Museo de Etnología y celebración católica en un país comunista

Hanoi, Vietnam, 30 de mayo de 2016


En Vietnam hay cincuenta y cuatro grupos étnicos, parece que no hay problemas entre ellos y tienen representación en el parlamento, aunque teniendo en cuenta cómo es el sistema de gobierno de este país no sé si esto es muy significativo. Hay elecciones pero los independientes sólo se pueden presentar si no son vetados por el Partido Comunista, así que suelen ser afines a él.

Ayer pasamos el día en el Museo de Etnología. Pensamos que sería un museo al uso pero nos encontramos con un espacio en el que además del edificio del museo había otro más dedicado a exposiciones temporales y un parque en el que se mostraban las viviendas de algunas de las etnias, un estanque donde se representaba un espectáculo con las Water Puppets y restaurantes y cafés. Tuvimos la suerte de que era domingo y de que una gran parte de las instalaciones están dedicadas a los niños, había muchísimas familias y el ambiente era simpático y agradable.

Como en todas las culturas antiguas los rituales relacionados con la muerte son fundamentales. Si nos despojamos de la visión muchas veces sesgada de una cultura occidental cristiana podremos no sólo acercarnos mejor a estas culturas sino percibir lo que tengan de bello sus ritos. Especialmente me llamó la atención el del altar de los ancestros, común en todas las culturas de Vietnam. Nosotros guardamos las fotos de nuestros muertos pero las celebraciones que tienen que ver con su recuerdo son culturalmente tristes, oscuras. El altar ocupa un lugar importante de la vivienda y en las fechas de aniversario, de hechos importantes para la familia o en el Año Nuevo lunar se les ponen ofrendas con las que muestran su respeto pero principalmente es una forma de reforzar los lazos familiares. Después se reúne toda la familia y amigos para celebrar juntos el Año Nuevo. Nosotros, como ya va haciendo más gente en nuestro país, también tenemos cerca, en nuestra parcela, los restos de mi suegro y mi madre, bajo unos rosales y un lilo y cuando fallecieron comimos toda la familia celebrando el estar juntos y el recuerdo que tengo yo de esos momentos, también en la muerte de mi padre aunque con él fuera todo más tradicional, son preciosos.

Y hablando del Año Nuevo lunar, cuando vi en el museo un calendario lunar perteneciente a la etnia Muong me entró la curiosidad por saber un poquito más que eso de los años con nombre de rata o dragón que era lo único que me sonaba, así que busqué y encontré. Copio:
"La leyenda cuenta que antes de ascender al Nirvana, Buda convoca a todos los animales del bosque para despedirse de ellos, pero sólo 12 acuden al llamado.
Como recompensa a su fidelidad, Buda asigna su nombre a cada año, de acuerdo con el orden que se presentaron.
De ahí que quede establecido de la siguiente manera: Rata, Búfalo, Tigre, Gato, Dragón, Serpiente , Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo .
El hombre, dice la tradición, lleva características de la bestia que rige en el año que nace. 
Del otro lado, durante el ciclo de 60 años, los signos de animales se combinan con los cinco elementos principales del Universo, según la filosofía oriental.
Así tenemos que el Metal es regido por el planeta Venus, la Madera, por Júpiter, el Agua , por Mercurio, el Fuego, por Marte, y la Tierra, por Saturno. 
Ellos, a su vez, se escinden en polos magnéticos, positivos o negativos, llamados por los orientales Yang y Ying, respectivamente."

La utilización del calendario lunar es común a todas las culturas asiáticas que profesan el budismo y que tradicionalmente basan o han basado su alimentación en el cultivo del arroz. En cuanto al tema de la utilización en la agricultura, aunque no es estoy muy ducha en estas cuestiones, creo que es algo parecido, o quizá su origen, a cuando en España se tienen en cuenta las fases de la luna para plantar o cosechar y al uso del calendario Zaragozano.

Imágenes:
Bici bien cargada
Calendario lunar de los Muong.
Hay una varilla por año con las hendiduras correspondientes a los días.
Funeral de los Muong
Iniciación a la edad adulta en la cultura Tai y Yao
Casa de los Thai
Cesta y casa de los Mon - Khemer
Cítara de los Quang Gnai
Escenas de las Water Puppets
Celebración en la catedral de San José


























29 de mayo de 2016

Fine Arts Museum de Hanoi

Hanoi, Vietnam, 29 de mayo de 2016


Viajaría siempre en tren, incluso podría elegir los destinos dependiendo de las líneas férreas. Relajantes estos dos días en tren desde Saigon a Hanoi. Ahora volvemos a los autobuses y al avión hasta salir de Laos en que seguramente cruzaremos la frontera con Tailandia bajando por el río Mekong. Los barcos, como hamacas movidas por el viento y los trenes, chacachá chacachá, meciendo también a los viajeros.

Día de trabajo en Hanoi, ¿Halong Bay? ¿Sapa? ¿Visado de Myanmar aquí o en Vientian? ¿Viaje a Laos en bus o en avión? ¿Paso a Myanmar desde Laos o bajando el Mekong en barco y pasar de nuevo por Tailandia? En unos días nos vence el visado de Vietnam y no queda más remedio que dedicar un tiempo a la continuación del viaje. Hay veces que decidir qué hacer o donde ir con un día o dos de anticipación, que es lo que me gusta, no es posible. No es broma lo del "trabajo", hay que echar tiempo para informarnos, ponernos de acuerdo, ver precios... Para Halong Bay y Sapa la mejor opción dado el tiempo del que disponemos es contratar un tour, nos decidimos por tres días en Halong Bay, el tour de Sapa se parece a los de turistas corriendo detrás de un paraguas y comprando en los mercados típicos. En Vientian el visado es más fácil y barato. Los autobuses tienen mala prensa, extranjeros al fondo, conductores que se duermen, veinticuatro horas de viaje, debe de ser que nos hacemos viejos. Nos iremos en avión.

Ayer, muy bonito recorrido por el Fine Arts Museum. Desde las puertas y relieves de una pagoda del siglo XIII, hasta las pinturas y esculturas de hace un par de años. Los simpatiquísimos patriarcas a los que fotografié sin dejarme ni uno. Lacados, grabados, acuarelas, óleos... A primera vista los lacados no me llamaron la atención, quizá por no ser algo tan frecuente en el arte occidental, pero viéndolos detenidamente se descubre su belleza en el brillo y la fuerza de los colores, en las escenas históricas, los bodegones o las imágenes de la vida cotidiana contada con todo detalle, como hacía Brueghel en sus óleos.

Hoy iremos al Museo Etnológico, no más, después a nuestra casa en Hanoi, una habitación con mucha luz en una calle del barrio antiguo.