6 de junio de 2016

Laos, un país masacrado. Otro más.

Vientian, Laos, 6 de junio de 2016


Laos tiene fama de tranquilo, agradable, bonito... pero nos vamos a limitar a dos ciudades y quizá alguno de sus lugares cercanos y el Mekong. Vietnam nos cansó, el desagradable asunto del tour por Halong Bay nos hartó, no somos de tours de agencia y menos con ese desastre de organización y esa manera de utilizar al turista, engañándole, para conseguir unos dólares más, un cierto aburrimiento nos invadió por primera vez en el viaje. Nos entraron las prisas, miramos múltiples combinaciones para ir a Myanmar y encontramos un vuelo a Mandalay con escala en Bangkok muy baratito. Así que unos días en Vientian, de donde nos vamos mañana, para conseguir el visado de Myanmar, un paseo por Luang Prabang y quizá unas cascadas cercanas y después a Chang Ray en Tailandia por el Mekong para volar desde allí.

Estamos en la embajada y echo un vistazo a los folletos. Veremos. Estos países tienen una cultura y un paisaje no muy diferente y cuando veo templos, cascadas, stupas, cuevas con Budas, cuevas con estalactitas, campos de arroz, mercados... pienso si Myanmar, que me apetece tanto y donde creo que podremos estar más tiempo, no será más de lo mismo. Los lugares, los ambientes se repiten. Veo que lo que al final me hace sentirme bien es el ir de un sitio a otro, dar un paseo, ver algún museo que tenga que ver con la historia del país y, sobre todo, los ratos de tranquilidad en el hotel con mis libros mi música y mi cine. Y esto me basta para estar a gusto y no tener ganas de volver a casa. Aún así espero que al menos India, último país asiático en nuestro viaje me dé nuevos bríos.

Hay diferencias, sí entre unos y otros países del sureste asiático. Laos tiene una historia aún más terrible que Vietnam y cercana a la de Camboya. Desde el siglo XVIII en que fue conquistada por Siam hasta los años ochenta del XX no levantó cabeza. Siam, los franceses, de cuyas barbaridades y crímenes no se suele hablar, la segunda guerra mundial, los japoneses durante parte de esos años, los norteamericanos con una masacre de la población imposible de calificar, más bombas que las utilizadas durante la anterior guerra mundial sobre población civil, y la invasión por parte de los vietnamitas dejaron el país destruido. También los laosianos parecen diferentes, más tímidos, más serios, más tranquilos quizá con menos iniciativa que sus vecinos del resto de Indochina. Ahora es prácticamente una dictadura, hay elecciones y parlamento pero un solo partido único; alrededor del ochenta por ciento de la población se dedica a la agricultura, la mayoría de subsistencia, por cierto que la inundación de minas que han dejado los americanitos en los campos siguen causando daños, y aunque el crecimiento parece mayor en los últimos años es un país pobre principalmente si se le compara con el resto del sur de Asia exceptuando Camboya y Bangladesh. Aparte de los datos se ve en la vida diaria, en los comercios, en el ambiente de las calles, en las carreteras, en la débil cobertura de Internet, aunque al menos hasta ahora no hemos visto gente pidiendo, quizá un dato positivo en la evolución del país, no lo sé.

El Museo Nacional narra mediante objetos y sobre todo fotografías la historia de Laos. Escalofriante. Hoy no hay más fotos que las pocas que tomé allí: Manifestación contra la presencia estadounidense. Mis secundarios no podían faltar aunque fuera con una foto de la zona gobernada por los comunistas en los años setenta. Un líder de la formación del reino en el siglo XIV (parece una asamblea). Un asiento utilizado en el transporte sobre elefantes, un grabado del siglo XVII y un documento que recoge reivindicaciones ante el gobierno de la Indochina francesa.









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