¿Qué he hecho hoy?
En el borrador del decreto sobre convivencia en las aulas del gobierno de Esperanza Aguirre se dice que las conductas que atenten gravemente contra las “buenas costumbres sociales” serán tipificadas como muy graves.
¿Cuáles son las buenas costumbres sociales? ¿Las mismas que defiende el gobierno polaco cuando se prepara para depurar a los ciudadanos que no se merezcan un certificado de “limpieza política” porque colaboraron con el régimen comunista? ¿O las que les llevan a limpiar los centros educativos de todas aquellas personas que revelen su condición de homosexual, “ o cualquier otra desviación de índole sexual”? ¿Habrá, tal vez, que limpiar los centros de vestimenta gótica, de pantalones cortos, de gorras, de pañuelos, de ombligos al aire? A mis chavales les van (¿les vamos?) a enseñar lo que es ciudadanía, lo que son las “buenas costumbres sociales”, lo que es normal, como decía anoche Rajoy, lo que piensan y quieren las personas normales. Miedo, tengo mucho miedo. Me asustan los Kaczynski y todos aquellos que se sienten capaces de solucionar los problemas arrinconando la libertad del individuo. Curiosamente el decreto, en su introducción, señala que una de las funciones fundamentales de la escuela es formar personas capaces de decidir sobre sus vidas. Queda bonito ¿verdad? Pero, ¡vaya por Dios!, es mentira.
Los señores de arriba saben que un aula de adolescentes es una fiel
No, no ha habido nada interesante, es más de lo mismo.
1 comentario:
Más de lo mismo,todo eso ayuda a ponernos de puntillas cada día, que es bueno, no sólo para la artrosis. Ponerse de puntillas, no permitir que el listón quede a una facilonga distancia del suelo.
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