17 de abril de 2016

Un museo en las rocas del Parque Nacional Bako

Parque Nacional Bako, isla de Borneo, Malasia, 14 de abril de 2016


Hoy fue nuestro primer día en el Parque Nacional Bako. Era temprano y nada más bajar de la barca que nos llevó hasta allí, dejamos los macutos y nos fuimos a dar un paseo por la selva. Un camino de poco más de una hora pero muy accidentado, las raíces de los árboles hacían la función de escalones en subidas y bajadas continuas, nos llevó a una pequeña playa. Los macacos rondaban por las cercanías, en unos segundos uno de ellos apareció y agarró la bolsa de frutos secos que tenía en mi mano pero... ¡ay! tenía yo tanta hambre que sin pensarlo le di un manotazo y salió pitando, lo hice así, sin pensar, porque los macacos no son bichos de los que una se pueda fiar, de hecho me enseñaba los dientes mientras gruñía unos pocos metros más allá. Son sin embargo unos animales simpáticos, tienen un cierto parecido a nosotros y reacciones como las de nuestros políticos y grandes empresarios, lo demostró otro macaco que cuando habíamos terminado de comer saltó sobre los platos donde habían quedado los restos de unas rodajas de sandía y, tan rápido como los Gurtel, los Panameños y los demás grupos humanos del mismo percal, los amontonó de uno en uno en sus manos y salió corriendo con su nueva ganancia.

Pasamos la tarde en la playa cercana a los establecimientos del Parque, paseamos y ¡oh, sorpresa! nos encontramos con un museo. ¿Quién nos lo iba a decir? Un museo de los que crea la madre naturaleza en tantos lugares y que nos pueden pasar desapercibidos si no caminamos con calma y con los ojos y oídos bien abiertos. Las paredes rocosas que se alzaban frente al mar eran un hermosísimo museo de múltiples y diferentes juegos de colores, texturas y formas. ¡Cómo no fotografiarlo! Buscar detalles, contrastes de colores o tonalidades suaves, formas que el agua había tallado pacientemente y meterlo en el cajoncito de la cámara para disfrutarlo lentamente más adelante. En las fotos de hoy sólo hay algunas, poquitas, que no pertenezcan al museo.






































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