30 de marzo de 2016

Un paseo por Alice Springs

A pocos kilómetros de Alice Springs, Territorio del Norte, Australia, 29 de marzo de 2016


Las nubes nos cubrieron a última hora de la tarde después de muchos días de cielo despejado. Cuando estábamos cenando comenzó a llover, hubo que recoger rápidamente todos los bártulos y meternos en la tienda a terminar de cenar. La idea era subir de madrugada al monte Sonder, pusimos el despertador a las cuatro y media y nos acostamos. Me desperté muchas veces durante la noche, la lluvia repicaba sobre la tienda con un sonido fuerte pero agradable, en otros momentos lo que me despertaba era el ruido del viento, un viento que amenazaba con hacer volar la tienda sujeta a duras penas sobre un terreno que era pura piedra. Cuando sonó el despertador seguía diluviando así que renunciamos a nuestro paseo. Por la mañana, la nube gris que cubría todo el cielo la noche anterior se había abierto y repartido cubriendo aquí y allá algunas zonas con ese blanco resplandeciente que alegra el cielo del desierto australiano. Olía a tierra mojada y las rojas cumbres rocosas de la cordillera McDonell relucían sobre los campos de spinifex, esos pequeños arbustos verdes que pinchan como alfileres a poco que te rocen, y los delgados, casi esqueléticos árboles de nuestro campamento.

En Alice Springs dimos un paseo por el Desert Park, pájaros, entre los que se encontraba la Pigeon que fotografié para mi post de ayer, reptiles, también me encontré con el Perientie que vivía en la base de la Ormenston Gorge y al que perseguí hasta conseguir hacerle una foto, dingos, los perros salvajes australianos con un aspecto mucho más pacífico que mis Thalos y Gaza, en un amplio recinto que permitía una mayor libertad a los animales y una vida más cercana a su propio ambiente natural que el de las cárceles-zoos a las que estamos acostumbrados.

Nuestro recorrido turístico continuó en el Cultural Precint. Tenía interés, tras la lectura de Los trazos de la canción, de Chatwin, en ver algunas pinturas de aborígenes. Son obras actuales pero la mayor parte de ellas continúan la tradición de la mitología aborigen con sus caminos de canciones que iban señalando la tierra que pertenecía a la tribu y los círculos sagrados que daban nombre a cada clan.
Esta noche dormimos de nuevo junto a la Stuart Highway, acabamos de pasar el Trópico de Capricornio, el tiempo en unos pocos kilómetros ha cambiado, hace casi frío y yo no acabo de entender por qué si vamos hacia el ecuador la temperatura está bajando.














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