5 de noviembre de 2015

Repentino adiós a Xian.

Shanghai, 29 de octubre de 2015


¡Suerte! Esas coincidencias que no sabemos explicar racionalmente han hecho que en la tarde de ayer decidiera pasar mis últimas fotos a su carpeta correspondiente en el teléfono, que sin proponérmelo me fijara en la fecha y que una lucecita de aviso se encendiera en mi mente. ¿Para qué día tenemos los billetes? le pregunto a Alberto, respuesta: para el veintiocho, ¡hoy! Poco más de una hora para hacer los macutos e ir rapidito a la estación, Xian se acabó así, de repente.

El último paseo por Xian fue a la mezquita junto al barrio musulmán. El minarete y el interior de esta curiosa mezquita es lo único de estilo islámico, el resto de los edificios, todos situados en un recinto ajardinado, son construcciones que siguen el estilo de las pagodas chinas tanto en el exterior como en las decoraciones interiores.

Hasta Shanghai el siempre agradable viaje en tren. Compañeros de departamento, dos chicas jóvenes y una pareja anciana. Mujeres chinas que dan sopas con onda a la mayoría de las mujeres europeas. Seguras de sí mismas y con aspecto de una gran independencia, creo que éste es uno de los aspectos positivos heredados de los tiempos de gobierno comunista como sucedía en las zonas centroasiáticas con mayor influencia soviética.

En Shanghai llueve. Nos acogemos a la oferta del intermediario de un hotel cercano a la estación. Es la manera más cómoda de encontrar alojamiento y suelen tener buen precio.

























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